Subiendo y bajando olas

sábado, 4 de diciembre de 2010

Quiksilver es la empresa número 1 del surf, se vende en todo el mundo, su imagen es conocida allende los mares y consigue alcanzar hasta al gran público. Patrocinan a algunos de los mejores surferos del mundo, entre ellos al gran Kelly Slater –diez veces campeón del mundo-, imagen no sólo de una marca si no de un deporte.


La australiana Billabong es otra de las grandes, con buena presencia, gran repercusión mundial y también cuentan con surferos potentes patrocinados. Actualmente es casi un conglomerado de empresas, pues son dueños de varias más, tal es su tamaño.

Como están luchando por los mismos compradores, la batalla es encarnizada. Billabong organiza algunas de las mejores competiciones del mundo, a las cuales van surferos del resto de marcas a participar, incluidos los de Quiksilver –con Kelly Slater a la cabeza- porque saben que es donde hay que estar, aunque vayan a regañadientes. Y es que ‘Billa’ se concentró en patrocinar eventos y ‘Quik’ más a surferos, pero ambos se deberían complementar.

Pero no, no se complementan, están las espadas en alto, dándose caña los unos a los otros cuando pueden. Recientemente, en la competición más importante del mundo se sucedieron los despropósitos: como la patrocina Billabong, Quiksilver decidió que sus surfistas no estuvieran en la rueda de prensa oficial y organizaron una a su rollo; Billabong, que sabe que la maquinaria de mercadotecnia de ‘Quik’ es potente, les hizo pagar una buena suma de dinero por publicar noticias en Facebook y Twitter. Con los ánimos caldeados empezó la competición, con tan mala suerte que se levantaron olas ciertamente difíciles… pero no imposibles. Y se volvió a liar. Kelly Slater decía que eran surfistas de verdad, de olas grandes y pequeñas, que hay que estar a las duras y las maduras; la organización, respaldada por Billabong veía que podía ocurrir una desgracia y decidió parar la competición. Y se lió aún más cuando al día siguiente la mar estaba más tranquila y se reinició la competición, para unos, porque otros se fueron a surfear a otras aguas. Luego llegaron las guerras de letras y bits: cada uno presionando a sus medios de comunicación afines para contar su versión, haciendo la guerra por su lado y abriendo más y más la brecha que los separa.

De estas hay varias historias, que si Billabong intentó fichar a Kelly Slater en el pasado y no debió sentar bien a los rivales; que si revisamos la tabla de Slater por si no cumple las medidas que dicta el reglamento; que si Billabong ficha a un surfista que estaba en un equipo B de Quik…

La última es de traca: Quiksilver lleva a uno de sus mejores hombres a una competición estadounidense, que es la que cierra un circuito de pruebas… patrocinado por Billabong y ya que están por allí, organizarán la reunión anual… exactamente donde la suele hacer su rival… Uno lo llama atacar donde duele, otro competencia sana, otros… ¿una gilipollez?

¿Por qué no elevar el deporte a una nueva dimensión con la colaboración de todos? ¿Por qué no empujar todos en la misma dirección? ¿Por qué debemos estar a hostias también en el tema de las marcas? ¿Por qué las mentes son tan obtusas como para no ver que la rivalidad es sana pero la enemistad contraproducente? ¿Algún día los altísimos directivos se darán cuenta de que si un deporte explota ellos serán los ganadores?

Por supuesto, no hablo de surf.
s

© Sergio Fernández/Adventure Life

Artículo Original: Adventure Life

Fotos: SameerKhan [1], [2] (Wikimedia Commons)

4 comentarios:

davidiego dijo...

hooooola, ecooooo.

clamas en el desierto, amigo.

por qué aunque no los veamos a todas horas por la tele ni tengamos pajolera idea de deslizarnos, vamos de la cabeza a los pies vestidos de deslizadores (asfalto, nieve, agua, arena)?

ser13gio dijo...

Porque han sabido venderse, repartirse el pastel, empujar en una misma dirección. Y nos ha encantado a algunos.
s

Edu Martinell dijo...

Bueno, pues algo tarde pero aqui estoy.

La verdad, será que es una entrada con "demasiado nivel", porque veo que no ha calado mucho en los comentarios. Pensé que me daría más trabajo... jejeje

Bueno, pues aunque parte de razón sí tienes, creo que tanto quicksilver como billabong tienen claro que hay que remar todos a una. No veo que lo ocurrido hasta ahora sea para que la sangre llegue al rio (ojo, es mi opinión). Hasta quizá le da un poco de vidilla al tema, porque la competición sana nos gusta a todos. Pero creo que tanto unos como otros tienen claro que el objetivo es el mismo, que mejor colaborar que batallar y que, si no te pasas cogiendo mis olas, tampoco pasa nada. Eso sí, de momento hay olas suficientes para todos. Ya veremos cuando no sea así....

Una entrada muy (demasiado) buena Sergio.

Edu

ser13gio dijo...

Por supuesto que la sangre no ha llegado al río ni debería llegar, pero un poco más de promoción conjunta del deporte y algún gesto feo de menos, se agradecerían. No estaría mal que algunos se sentasen algún día a tomar unos cacharros en una terraza y se repartiesen el mercado, a lo Conferencia de Yalta pero en trail.

No creo que se haya captado el mensaje, pero no me preocupa, es como un libro de Umberto Eco, se puede leer como una novela amena o como un libro de historia, depende de adonde llegues o quieras llegar.

Saludos,
s

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